Laboratorios de análisis clínicos
En los últimos años, la industria automotriz ha invertido fuertemente en la digitalización de los tableros de instrumentos. Los volantes se han convertido en auténticas pantallas de control, y para realizar acciones sencillas como ajustar el aire acondicionado o encender las luces, muchos conductores recurren a menús digitales ocultos en interfaces que requieren una atención especial.

A promessa era modernização. O resultado foi o oposto do esperado: dirigir ficou mais perigosoEstudios han demostrado que el tiempo de reacción al usar estos sistemas es incluso mayor que bajo los efectos del alcohol. Fabricantes de automóviles como Volkswagen y Mazda han reconocido su error y han anunciado el regreso de los botones físicos para funciones esenciales.
La justificación es directa y contundente: «No es un teléfono, es un coche», afirma Andreas Mindt, jefe de diseño de Volkswagen.
Esta reflexión nos lleva a una provocación importante en el contexto de los laboratorios clínicos, especialmente de aquellos que buscan o mantienen la acreditación.
La complejidad no es sinónimo de seguridad
El movimiento de acreditación lleva años impulsando mejoras en los procesos de laboratorio. Esto es positivo. Sin embargo, en muchos casos, la búsqueda de control se traduce en flujos excesivamente sofisticados que exigen tiempo, atención y adaptación constante por parte de los equipos. El resultado puede ser similar al observado en los automóviles: un proceso menos seguro, ya que se ha vuelto menos intuitivo.
Quienes están en primera línea (recolectando, separando, identificando, transportando) necesitan procesos confiables que también sean claros, directos y compatibles con la realidad de su rutina.
Aquí es donde debemos reflexionar: ¿Será que al intentar modernizar demasiado no estamos haciendo la operación más vulnerable a errores?
Tecnología con sentido común
Fue con esta preocupación que, en el desarrollo de eTrack, buscamos un equilibrio que a menudo pasa desapercibido: ofrecer seguridad y trazabilidad, sin cambiar drásticamente la forma en que los profesionales ya trabajan.
La innovación solo funciona cuando respeta el entorno en el que se aplica. Y para que un sistema de trazabilidad realmente funcione, debe comprenderse e incorporarse de forma natural a la vida cotidiana, sin crear nuevos obstáculos.
Así como los botones físicos han regresado a los automóviles porque son más eficientes y seguros, en los laboratorios las mejores soluciones no son las más complejas, sino aquellas que funcionan con claridad y propósito.
Leonardo Lippel
Ejecutivo de cuentas | Greiner Bio-One Service Tech