La fase preanalítica es, sin duda, el “talón de Aquiles” de los procesos de laboratorio. A pesar de los avances tecnológicos en la automatización de los análisis, es en esta etapa –que abarca desde la solicitud de la prueba hasta la recogida, envasado y transporte de las muestras– donde se producen la mayoría de los errores de laboratorio. Estos errores impactan directamente en la seguridad del paciente y en la efectividad de las decisiones clínicas, generando retrabajo, desperdicio de recursos y, en última instancia, poniendo en riesgo la salud.

¿Por qué es tan crítica la fase preanalítica?
Los estudios indican que entre el 60% y el 70% de los errores de laboratorio ocurren en la fase preanalítica. Esta etapa involucra procesos delicados que dependen de múltiples profesionales –desde médicos y técnicos hasta personal administrativo– e involucra variables difíciles de estandarizar. Entre los errores más comunes están:
- Identificación incorrecta del paciente: Un simple error de registro puede llevar a un diagnóstico erróneo y a un tratamiento inadecuado.
- Registro inadecuado de la solicitud: Una mala interpretación o cumplimentación incorrecta del formulario puede dar lugar a la solicitud de un examen equivocado.
- Toma de muestra o volumen insuficiente: Las muestras con volumen inadecuado comprometen el análisis y pueden requerir una nueva toma.
- Transporte y embalaje inadecuados: El descuido en la conservación y transporte de las muestras puede provocar hemólisis, contaminación o deterioro de los componentes, afectando la fiabilidad de los resultados.
Cada uno de estos fallos no sólo compromete el examen, sino que puede provocar un efecto dominó, dañando toda la cadena diagnóstica.
Información relevante e impacto real
En un estudio realizado en laboratorios de salud pública, los datos arrojaron que, en un solo año, más de 9.700 muestras fueron descartadas por no conformidades, de un total aproximado de 132.500 pruebas realizadas. Las justificaciones más frecuentes para estos descartes fueron:
- Solicitud cancelada por vencimiento del período de selección (28%)
- Muestra no apta para el análisis solicitado (28%)
Estas cifras reflejan no sólo fallos operativos, sino también la urgente necesidad de repensar la gestión de la fase preanalítica. Incluso con sistemas informáticos sofisticados –como el GAL, que gestiona las muestras– la eficacia del proceso depende fundamentalmente de la formación y atención de los profesionales implicados.
¿Qué está en juego?
Cuando ocurre un error preanalítico, el impacto va más allá del laboratorio. Cada muestra descartada significa la pérdida de datos valiosos. Además, la repetición de pruebas genera costos adicionales y puede retrasar la confirmación de diagnósticos críticos, comprometiendo la toma de decisiones médicas y, en consecuencia, la seguridad del paciente.
La confiabilidad de las pruebas de laboratorio está directamente relacionada con la calidad de la muestra. En un escenario donde cada resultado puede determinar una intervención médica crucial, no hay lugar para el error. Por tanto, el error preanalítico no es sólo un fallo operativo: es un riesgo real que compromete todo el sistema de salud.
Un llamado a la acción: empoderamiento y estandarización
We cannot accept that the weakest link in laboratories is precisely the pre-analytical phase. It is imperative that there is serious and continuous investment in:
- Formación y cualificación de todos los profesionales implicados: Médicos, técnicos, enfermeras y administrativos necesitan tener un conocimiento profundo de los protocolos e implicaciones de cada etapa del proceso.
- Revisión y simplificación de manuales operativos: Protocolos claros, objetivos y de fácil acceso son fundamentales para reducir errores en las solicitudes y registros.
- Implementación de sistemas de trazabilidad y control: Herramientas como el uso de códigos de barras y sistemas informáticos robustos son esenciales para garantizar la integridad de los datos.
- Auditorías e indicadores de calidad: Se debe realizar un seguimiento constante de los indicadores, como las tasas de rechazo y las no conformidades, para implementar acciones correctivas de forma rápida y eficaz.
Conclusión
Los errores en la fase preanalítica representan un riesgo que no se puede subestimar. Comprometen la calidad de los exámenes, generan costos innecesarios y, sobre todo, pueden poner en riesgo la vida de los pacientes. En un entorno donde cada examen es único e irreemplazable, el fallo de un solo eslabón puede comprometer toda la fiabilidad del diagnóstico.
La innovación, combinada con una política de formación y cualificación continua, es la respuesta necesaria para superar este desafío. Es hora de repensar y transformar la forma en que se gestiona la fase preanalítica, porque la excelencia diagnóstica comienza mucho antes del procesamiento de la muestra.
Por esta y otras razones, Greiner Service Tech ofrece productos y servicios que funcionan en preanalítico, promoviendo una mejor eficiencia operativa para el laboratorio y enfocándose en la seguridad del paciente.
Leonardo Lippel
Ejecutivo de cuentas | Greiner Bio-One Service Tech
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